jueves, 5 de febrero de 2015

Le pido al Cielo.

Estoy sobrecogida por tanto horror. ¿Hasta cuándo el mundo va a seguir indiferente? El ISIS ha dado un paso más en la escalada de sufrimiento al que nos tiene ya acostumbrados quemando vivo a una pobre criatura de apenas veinte años. ¿Cómo podrán superar la espectacularidad de este asesinato?; ¿Qué harán para asustarnos más y jalear con más ruido a sus bestias?; ¿Qué destino, aun más cruel, le tendrán reservado a su próxima víctima?. No tengo esperanzas en que esta locura termine. No, porque el rigor de los castigos del ISIS contra el infiel no es patrimonio sólo de unas mentes perturbadas. Son los mismos castigos que aplica Arabia Saudí, Nigeria, Afganistán, Pakistán, o Irán contra los blasfemos, adúlteros, homosexuales, disidentes, ladrones, periodistas o inmorales. Es el mismo trato vejatorio hacia las niñas, las mujeres, las minorías étnicas o religiosas.. Es ese miedo a la libertad y a la disidencia. Es la prepotencia de una ideología que se cree superior y del fanatismo de una religión analfabeta de Ciencia y de decencia moral. Y es el totalitarismo de esa ideología lo que hay que combatir. Pero no lo haremos porque los que patrocinan esa ideología son aliados estratégicos de Occidente. Porque todavía disponen del control de los recursos petrolíferos necesarios para mantener nuestro Sistema de vida. Porque siempre habrá alguien que los considere útiles para sus juegos de poder. Porque mueven un jugoso tráfico ilegal de armas, personas, estupefacientes, objetos de arte, animales... de los que se benefician impolutos señores con traje y empresas multinacionales. Porque han envenenado las Instituciones Internacionales y las mentes de las pocas personas decentes que todavía tienen el coraje de enfrentarse. Porque están aquí, entre nosotros, diciéndote claramente que no tienen prisa. Porque al final, si no lo paramos, 1300 millones de personas pueden acabar imponiendo su visión del mundo sobre la totalidad del planeta. Y yo tengo claro que no estoy dispuesta a aceptarlo ni a permitir la oscuridad para mis hijos.

Ante tanta sinrazón, sólo me queda el consuelo de la Oración. Le pido al Cielo por el alma de Moaz al Kasasbeh, el piloto jordano capturado el pasado 24 de diciembre por ese brutal ejército llamado Estado Islámico que dice hablar en el nombre de un dios que sólo existe en su cruel y salvaje imaginación. 

"Padre Misericordioso, Oh, Señor Jesús, Dios Todopoderoso: escucha la súplica que te hace esta pequeña criatura en nombre de este Mundo desorientado, y por tu inmensa Misericordia, concede la Paz y el Eterno descanso, en el seno de tu infinito Amor, a todas las almas buenas arrebatadas cruelmente por esos bárbaros que dicen hablar en Tu Nombre. Que no les falte el calor y la Luz de Tu Presencia, y que sus familias y seres queridos encuentren consuelo para soportar el sufrimiento de su inexplicable ausencia". Descansen en Paz. AMEN.

lunes, 26 de enero de 2015

Sobrevivir en Tiempos Oscuros.

Cuando el 27 de enero de 1945 el Ejército ruso entra en el campo de exterminio de Auschwitz y libera a los pocos prisioneros que todavía quedan en él, el fino velo que hasta entonces había separado la decencia moral de la ética cartesiana europea, culta, racional y al final indiferente, se rompía definitivamente. Nada de lo que habían visto hasta ese momento podía compararse con el horror extremo al que tuvieron que acostumbrar sus ojos en un solo instante. El mismo instante que transcurrió entre la sensación de extrañeza que les invadió y la constatación de que estaban frente a seres humanos a pesar de su deplorable aspecto.
Por el contrario, sentimientos de profunda desesperación se apoderaron de los supervivientes cuando, al verse reflejados en los ojos de los soldados que los liberaban, comprendieron la magnitud de su soledad. Rechazados por todos y despojados de todo, de nuevo vagarían como fantasmas errantes bajo los cielos encapotados de Europa en busca de su identidad deshilachada y su auténtica Libertad. Los medios de comunicación asaltaban las conciencias del mundo civilizado con fotografías que desgarraban el alma. La iconografía del horror había dado también un salto cualitativo.

miércoles, 19 de noviembre de 2014

La Cruzada palestina.

El Partido Socialista Obrero Español (PSOE), siguiendo el ejemplo de Suecia, Francia, Irlanda y Gran Bretaña, ha presentado también, para su tramitación en el Congreso de los Diputados, una Proposición No de Ley en la que insta al gobierno de la nación a reconocer al Estado Palestino y contribuir así, en aplicación de los Acuerdos de Oslo, a una paz justa, duradera y global en la región. Los socialistas españoles, en consonancia con sus colegas europeos, creen que, si fuerzan a las partes para que inicien un diálogo fructífero, se resolverá de una vez para siempre la violencia en Oriente Medio. Los Grupos parlamentarios que han apoyado la moción socialista – toda la oposición y también el Grupo Popular, el Partido del Gobierno - están convencidos de que el Proceso de Paz iniciado en Madrid en octubre de 1991 está agotado, y culpan al Estado de Israel de generar un sentimiento de frustración que el desastre humanitario, de una magnitud sin precedentes, provocado por la ofensiva militar israelí contra la población de Gaza, el pasado verano, fue la gota que colmó la paciencia de una Comunidad Internacional indignada ante las continuas violaciones del Derecho Internacional por parte de Israel. A España, que ya ha dado pasos significativos en ese sentido desde 2011, como promotor e impulsor de la aceptación de Palestina como Estado miembro de la UNESCO y de la concesión del estatuto de Estado Observador en Naciones Unidas, se le pide que, aprovechando su condición de miembro no permanente del Consejo de Seguridad, se ponga a la cabeza de una locomotora que ya ha partido de la estación a ritmo moderado pero constante, y que avanza imparable y a velocidad frenética hacia la última estación, sin paradas intermedias.

jueves, 13 de noviembre de 2014

La Noche más larga

No hay nada peor que perder la memoria para tropezar de nuevo en la misma piedra. Y desde que el mundo es mundo, al menos desde el instante en el que, según la Tradición, Dios decidió elegir a un puñado de hombres para que guiasen a toda la Humanidad a hacer de este mundo un lugar de paz y moralidad, digna morada de Dios en la Tierra, la ponzoña del antijudaísmo está instalada, con más o menos fortuna, en los corazones del resto de una Humanidad que no entendió a lo largo de su dilatada Historia que lo de Pueblo Elegido no era una patente de corso otorgada por las Alturas para esclavizar al resto de naciones, sino una metáfora para explicar la forma en la que Dios se introduce en el mundo a través de un intermediario que ha conservado con pasmosa fidelidad y lealtad a sus antepasados el mensaje profético, transmitiéndolo a toda la Humanidad. Este pueblo excepcional, llamado a ser una luz para las naciones, que ha fundamentado el concepto de dignidad humana y que se rige por un código ético y de conducta lo suficientemente estricto y cohesionado como para haberle permitido sobrevivir en entornos hostiles, se ha destacado por una creatividad y riqueza intelectual tan admirada como envidiada.  Un paria entre las naciones al que el sambenito de parásito cuajó tanto en el subconsciente colectivo que cuando se decidió fumigarlo nadie reparó en el posible sufrimiento de la víctima. La inmunidad ante el dolor del peligroso enemigo traidor, de esa lacra social extendida como un tumor cancerígeno, del subhumano, en definitiva, era tal…, que la única preocupación de la culta, refinada  y civilizada sociedad europea terminó siendo cómo mejorar el procedimiento de su aniquilación para que fuera limpio, rápido, inodoro y eficaz.

miércoles, 12 de noviembre de 2014

La noche de los Cristales Rotos: el comienzo de la pesadilla.

En la noche del 9 al 10 de noviembre de 1938, hace ahora 75 años, se producían una serie de acontecimientos contra los judíos en la Alemania Nazi, en Austria y en los Sudetes, que marcan oficialmente el comienzo de la Shoah. Una oleada de progroms dirigidos desde el poder por el Secretario de Propaganda nazi, Joseph Goebbels, dejaba un rastro de 1.700 sinagogas destruidas, más de 7.000 comercios, cementerios, escuelas y hogares judíos arrasados y saqueados, cientos de judíos asesinados y otros tantos suicidios ante la ola de terror desatada. Libros quemados en piras al aire libre y ante la mirada exultante y enloquecida de la población civil, observadores y perpetradores pasivos con igual grado de responsabilidad y total impunidad. 30.000 judíos capturados en lo que fuera la primera cacería humana y enviados a los Campos de Concentración de Buchenwald y Sachsenhaussen. Comienza la identificación con nombre y de judío en los pasaportes. La política nazi de pasos, ha subido un escalón.  


viernes, 15 de agosto de 2014

España y la dignidad perdida.

Cualquier Estado define su Política Exterior en función de sus intereses nacionales, y en un mundo multipolar, donde proliferan las Organizaciones Internacionales, lo normal es que también se tenga en cuenta la relación que mantiene con estos actores que conforman el llamado Sistema Internacional. Todos los Estados, democráticos o no, tienen una ideología o unas prioridades que imprimen a su Política Exterior. Centrándonos en los Sistemas de Gobierno propios de las democracias Occidentales, cuando un país quiere establecer unas líneas de intereses fundamentales y duraderas en el tiempo, hablamos de “Política de Estado”, que no es otra cosa que la necesidad de garantizar, más allá del gobierno de turno, las legítimas aspiraciones de paz y seguridad de sus ciudadanos, así como las necesidades de desarrollo político, económico y social que tiene el país. Cuando la Política Exterior, de Defensa y de Seguridad no se modifica a golpe de discurso del titular de turno, según el viento que sople o la pata ideológica de la que cojee, y, salvo pequeños matices en los que todas las fuerzas políticas puedan expresar, como es lógico, su discrepancia, la sociedad en su conjunto manifiesta su adhesión, podemos decir que en ese país hay una Política de Estado en Política Exterior.

En España, nada aficionados a las Políticas de consenso, esa Política de Estado en Política Exterior también se echa en falta. Es verdad que, desde la Transición, y a medida que nuestro país salía del aislamiento y se integraba en los Organismos Trasnacionales, se vienen articulando una serie de prioridades en las áreas en las que, por necesidad, por vocación histórico-cultural o por cercanía geográfica, tenemos una especial vinculación: Mediterráneo y Mundo Árabe, Europa, América Latina y Estados Unidos. Pero una Estrategia Exterior Española plenamente consensuada con todas las fuerzas políticas con representación parlamentaria aún es una entelequia. Porque hay asuntos sensibles que no sólo no ponen de acuerdo a las fuerzas políticas del mismo y de distinto signo, sino que, para más inri, vertebran y dividen drasticamente a la sociedad, sacando en los momentos de crisis lo más abyecto que el ser humano tiene en su interior. Y el principal asunto sensible de nuestra Política Exterior es Israel: ese pequeño país de Oriente Medio, de apenas ocho millones de habitantes y una superficie menor que la Comunidad Valenciana, el único país democrático de la región,  libre, garantista, culto, avanzado, tecnológicamente puntero; un país donde las minorías árabes musulmanas, cristianas, drusas o samaritanas, entre otras, son ciudadanos de pleno derecho que viven con total libertad, un país que sería ideal si no fuera porque… es judío, y he aquí su pecado.  El único Estado judío del mundo y el único Estado odiado por todo el mundo por el hecho de ser judío.  

sábado, 21 de junio de 2014

Cuando todo ha terminado.

Ser cristiano, en Europa, no está de moda, pero no es un crimen. En esta Europa laica, desacralizada y multicultural, confesarte cristiano y encima practicante, puede parecerle a algunos un tanto vintage, pero, al menos de momento, no supone amenaza grave ni peligro vital para el creyente, que puede ejercer su libertad de culto amparado y protegido por las legislaciones de todos los países. Libertad religiosa y de pensamiento, al menos formal, a pesar de que las actitudes de  intolerancia y de prejuicio en el lenguaje y en los actos no se consideran socialmente reprobables, sino manifestaciones amparadas en la libertad de expresión. El deseo de desterrar los símbolos de la vida pública por parte de un sector ideológico que considera arcaica la Doctrina de una Fe que critica pero que no siempre conoce, y una Iglesia que percibe como un poder fáctico y manipulador, es sólo una pequeña muestra del claro retroceso del Cristianismo en nuestro Continente.